viernes, 16 de marzo de 2012

EL HUERTO, el almacén privado.

Un ecosistema humano regado de agua de escultura se hace reflejo en habitáculo de cuna justo antes de someterse a ensueño.
El origen donde han nacido las lágrimas biográficas que se escurren sobre nuestro territorio ciego vacío de espejos sobre peanas que vienen a sostener el aura del ensueño que echa por aire la guardia de la noche.
Cuando salvas lo escondido se escapa la pérdida hambrienta del secreto desde su caja, su habitáculo, su cuna...
Un almacén bastaría para guardar las reservas poseídas de la permanencia viva.
Un guardián también sería necesario, esencialmente necesario con óculo disparatado al que burlar con la sustancia que compone nuestra presencia cada vez que queramos acceder.
Dentro, una vez más, tendremos lugar a poseer lo creado, el hechizo sin reglas de la materia invisible,
la marca iluminada de nuestro método instalado en el entresijo con luz de libro,
y fluido de aura de huerto en su prólogo y a cada tema un largo discurso de almacén privado para saciar la hambruna de desasosiego y sequía que el ecosistema humano somete antes de partir a tierra.



 

Aurora López Castaño

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