Pantomimas del deseo,
Visiones de la muerte.
Conozco muchas clases de miedos. Miedo al dolor, al vacío, a la desorientación, al recuerdo...
Dentro de nosotros, en la soledad de nuestra casa insustancial, en la conformidad de sus desencantos e incluso en la enfermedad y sus síntomas obsesivos que acumulan las hojas secas en el alma y hacen ruidos huecos en los momentos de pasatiempo interminable, se encoge el ser en una autocompasión donde se envuelve con vendajes resignados y es así, como una vez, vivieron los locos rebeldes y heridos, que atormentados por la existencia, silenciosos y condenados, obraron en el mundo, en sus largos días y en sus inmensas noches.
La vida nos propone realidad y sueños.
Nadie puede volver ciegas las estrellas.
Nadie camina sobre el mundo sin soñar el aura espectral que nos sostiene en las
cuerdas raídas de la desnuda psique.
Aurora L. Castaño
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